La fisioterapia no tiene edad y sus beneficios tampoco. Esta disciplina de salud es esencial para el bienestar de las personas a lo largo de los años, pues se adapta perfectamente a cada paciente y a sus condiciones físicas y motoras. Confiar en tu equipo de especialistas en fisioterapia es un gran paso para caminar por la vida con un buen estado de salud y movilidad física.
Con el paso del tiempo, nuestro estado físico va cambiando de forma progresiva. Sin embargo, no es hasta la tercera edad que el deterioro funcional empieza a pesar y aquellas tareas que antes eran tan cotidianas se convierten en todo un reto. Al disminuir la fuerza y el tono muscular en todo el cuerpo, se es más propenso a perder el equilibrio y sufrir caídas. En estos momentos la salud se convierte en la mejor de las inversiones para fomentar la calidad de vida y ralentizar estos procesos.
Los beneficios de la fisioterapia en la tercera edad
Por mucho que a veces nos cueste aceptarlo, envejecer es un fenómeno natural que forma parte de la vida de todos los seres humanos. Es normal que durante la tercera edad empiecen a aparecer algunas limitaciones de tipo motor o funcional, incluso si siempre has tenido un estilo de vida activo y saludable. No hay por qué alarmarse: los fisioterapeutas geriátricos estamos aquí para hacer la vida más fácil y apetecible a aquellos que lo necesiten cuando eso ocurra.
Artritis, osteoporosis, enfermedades cardiovasculares y respiratorias, parkinson, demencia e incontinencia urinaria y fecal, entre otras patologías comunes: son muchas las situaciones en las que la fisioterapia geriátrica puede mejorar la vida de las personas en la tercera edad. Sea cual sea la afección o enfermedad (o incluso en los casos en los que no existe ninguna patología), huir de la inactividad y restaurar la movilidad física es crucial para mantener un buen estado de salud y recuperar cuanto antes la capacidad de hacer actividades diarias.
Prevenir caídas y fracturas gracias a la fisioterapia
Las caídas y las fracturas óseas son uno de los grandes miedos a la hora de hacerse mayor, tanto para las personas de la tercera edad como para sus familiares. De repente una superficie resbaladiza o una alfombra suelta puede convertirse en la peor de nuestras pesadillas. El envejecimiento viene de la mano de cambios físicos que afectan nuestra fuerza, flexibilidad, equilibrio y coordinación.
Son muchas las razones que hacen que con el tiempo todos seamos más propensos a caernos y tener accidentes más graves, con daños como múltiples fracturas. La agudeza visual, el equilibrio y la coordinación disminuyen, así como la masa muscular y la fuerza. Además, algunos medicamentos pueden causar efectos secundarios como somnolencia, mareo o desequilibrio. Y por si fuera poco, algunas enfermedades crónicas afectan la capacidad para caminar y mantener el equilibrio.
Además de tomar medidas para minimizar los riesgos en el hogar y llevar un estilo de vida saludable, una buena movilidad ayuda a prevenir caídas y fracturas. Es por eso que en fisioterapia para la tercera edad nos centramos sobre todo en realizar ejercicios para mejorar la movilidad articular, el equilibrio y la fuerza muscular. Los beneficios van mucho más allá del bienestar físico, con efectos positivos en el estado anímico de las personas gracias a la sensación de autonomía a la hora de poder realizar las actividades diarias, como bañarse, de forma independiente.
Tratamientos de fisioterapia para mejorar la calidad de vida
Los tratamientos que se pueden hacer en fisioterapia para la tercera edad dependerán en cada caso según las necesidades y condiciones específicas de cada persona. Una vez hemos evaluado sus capacidades físicas, en Chronic Fisioterapia diseñamos programas personalizados con tratamientos y rutinas de ejercicios fáciles de hacer en casa para cada paciente.
Desde pequeños, se insiste en la importancia de practicar deporte y mantener un estilo de vida activo. No es para menos: mantener desde una edad temprana hábitos saludables tiene un gran impacto en nuestra salud a largo plazo y juegan a favor a la hora de prevenir enfermedades y algunas de sus complicaciones relacionadas con la inactividad física en la vejez. Por el contrario, la inactividad física y el sedentarismo son dos grandes enemigos de la salud y el bienestar.
4 ejercicios físicos para la tercera edad
Nunca es demasiado tarde para empezar a practicar ejercicio y cuidar nuestro cuerpo. Los beneficios de la actividad física y el deporte son aptos para todas las edades y, especialmente en la tercera edad, destacan cuatro tipos:
- Ejercicios de resistencia o aeróbicos. Mejoran la función cardiovascular y la capacidad respiratoria y cardiaca, disminuyen la frecuencia cardiaca basal y la tensión arterial y aumentan la energía, entre otros beneficios. Por ejemplo, ir en bicicleta o salir a pasear.
- Ejercicios de fortalecimiento o musculación. Refuerzan y potencian la musculatura de modo que retrasan la dependencia y potencian la autonomía. Un ejemplo podría ser la movilización de pesas, de forma muy moderada.
- Ejercicios de equilibrio. Evitan las caídas y disminuyen los riesgos de sufrir fracturas y otros accidentes. La postura del árbol en yoga sería un buen asana para practicar el equilibrio de forma sencilla.
- Ejercicios de flexibilidad. Aumentan la elasticidad de los ligamentos y de los músculos, permitiendo que se puedan realizar mejor las actividades del día a día. Los estiramientos (tanto activos como pasivos) pertenecen a este grupo.
Como ves, hay ejercicios de fisioterapia geriátrica comunes para todo el mundo, así como técnicas dirigidas a la prevención, con los que alcanzar diversos objetivos. Aliviar el dolor, mejorar el equilibrio, reeducar la higiene postural, mejorar la sensibilidad y funcionalidad articular, y recuperar la capacidad de movimiento, fuerza muscular y flexibilidad perdida, suelen ser algunos de ellos. Y por si fuera poco, está demostrado que el ejercicio físico nos ayuda a mejorar el estado de ánimo y el patrón de sueño, así como reducir la ansiedad y potenciar la autoestima.
La combinación de distintos ejercicios es clave para prevenir y tratar diferentes enfermedades. Aunque en el caso de las enfermedades crónicas, algunos ejercicios convendrán más que otros: por ejemplo, para evitar la osteoporosis -causada por la pérdida de densidad ósea- es muy recomendable practicar ejercicios aeróbicos, de resistencia y de equilibrio; en cambio, para la artrosis, serán clave los ejercicios aeróbicos y de resistencia.
Fisioterapia geriátrica en Valencia
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