Que el dolor de rodilla no te pare
Las rodillas son una de las articulaciones más importantes y a la vez más castigadas de nuestro cuerpo. Soportan todo nuestro peso desde que empezamos a dar nuestros primeros pasos y, gracias a ellas, podemos caminar por el mundo. Sin embargo, el dolor de rodilla cada vez es más común y el desgaste articular, la tendinitis rotuliana , los esguinces y la rotura de ligamentos están a la orden del día en las consultas de fisioterapia.
Y si no que se lo digan a las cabeceras de los periódicos deportivos. La vulnerabilidad de esta articulación protagoniza muchos titulares, haciendo que grandes estrellas del deporte tengan que abandonar la pista de forma indefinida. Lo saben hasta Leo Messi y Alexia Putellas: con la rodilla no se juega. Los dos Balones de Oro han sufrido recientemente una grave lesión en la rodilla izquierda. Y no son los únicos; muchos futbolistas, ciclistas y jugadores de baloncesto han vivido en primera persona cómo sus rodillas sufren el impacto y desgaste al que las sometemos.
Hoy en Chronic Fisioterapia te contamos lo que no debes hacer ante el dolor de rodilla para no empeorar la situación y cómo elegir una rodillera adecuada según tu lesión. ¿Objetivo? Que pasen los años y sigas disfrutando de tu rutina y de tus deportes favoritos sin que tu rodilla te pare.
Cómo no aliviar el malestar
Pérdida de movilidad, flojera y cojera: las molestias en la rodilla son dolor a primera pista. Fáciles de reconocer en actividades cotidianas como subir o bajar escaleras, al saltar de la cama por la mañana, mientras estamos de pie o hasta cuando estamos sentados en el sillón. Cada dolor de rodilla es un mundo y las causas varían dependiendo de cada persona.
Ya sea por una lesión (como por ejemplo, la del ligamento cruzado o la tendinitis rotuliana ), problemas mecánicos (la rótula dislocada o el síndrome de la banda Iliotibial, entre otros) o desgaste (del cartílago, por ejemplo; la temida artrosis), cuando aparece el dolor de rodilla, lo primero que buscamos es aliviar el malestar. De hecho, es muy común irse corriendo a la farmacia, automedicarse con antiinflamatorios y comprar una rodillera cualquiera para disminuir el dolor lo antes posible.
Cuidado: al igual que la automedicación sin control médico, autorodillerarte por tu propia cuenta puede poner en riesgo tu rodilla. Existen muchos tipos de rodilleras al alcance de todo el mundo, pero hay que saber muy bien cuándo y cuál utilizar en cada caso particular. Aunque lo hagas con la mejor de tus intenciones, es muy importante para una correcta recuperación que sea un especialista quien te la recete después de haber realizado un diagnóstico preciso. En realidad, la rodillera debería ser solo un elemento más de todo un programa integral diseñado para el tratamiento de la lesión.
Elegir la rodillera adecuada
La buena noticia es que la variedad y la calidad de las rodilleras cada vez es mayor. Son muchos los beneficios de este producto sanitario de uso externo diseñado para proporcionar apoyo adicional a la rodilla y reducir el dolor. Sin embargo, no todas sirven para lo mismo: hay algunas que ayudan al proceso de curación en una lesión, otras sirven para prevenir cualquier daño al correr o durante una práctica deportiva exigente o incluso las hay que ayudan a la recuperación postoperatoria.
Cómo ajustarla, cuánto tiempo llevarla, cuál me conviene más. Todas estas preguntas solo pueden responderse en consulta, con una exploración y diagnóstico apropiados. De momento, vamos a echar un vistazo rápido a los tipos de rodilleras más comunes:
Elástica convencional
Seguro que te suena su cara: de color carne, muy económica y fácil de encontrar en cualquier farmacia. Es la más básica y también la más usada, sobre todo por personas de la tercera edad. Sirve para dar un poco de comprensión a la rodilla, de forma muy moderada, y mantenerla caliente. Suelen ser transpirables, evitando así la acumulación de humedad.
Fundas de rodilla
Son las típicas rodilleras térmicas de neopreno que se deslizan de forma elástica como una malla. Siguen siendo bastante sencillas, aunque este material aporta una mayor sensación de soporte y hace que se mantenga o aumente mejor la temperatura de la zona de la rodilla durante el entrenamiento. Pueden ser cerradas o abiertas, con una pequeña abertura para la rótula.
Este tipo de rodillera se suele recomendar en casos en los que se necesita reducir la hinchazón y tratar el dolor femororrotuliano. Su uso resulta beneficioso para la circulación, por lo que puede reducir el posible edema que haya en la zona y mejorar la elasticidad de los tejidos blandos.
Tiras o bandas rotulianas
Las bandas cada vez son más populares entre los deportistas para tratar el dolor de rodilla anterior. Se colocan entre la base de la rótula y el bulto de la cresta tibial, de forma que aplique presión sobre el tendón rotuliano. Se aconseja su uso para aliviar el dolor relacionado con la tendinitis rotuliana y la enfermedad de Osgood-Schlatter.
Rodilleras con bisagras
Son fáciles de reconocer porque, a diferencia de las fundas, tienen una o dos barras con bisagras y correas que la refuerzan a los lados de la rodilla. Están recomendadas para dar estabilidad, ya que las bisagras sostienen los ligamentos de las caras interna o externa de la rodilla. Se suelen utilizar para prevenir lesiones en los deportes de contacto o después de una intervención quirúrgica, para proteger la rodilla reconstruida.
Almohadillas de rodilla
Como si fuera un protector, cubren la rodilla con relleno o armazones. En deportes como el voleibol, en el que los impactos directos en las rodillas son casi parte del juego, sirven para reducir el riesgo de lesiones.
Ortesis contra el deslizamiento rotuliano
Con una abertura para la rótula y correas o refuerzos a su alrededor, esta rodillera proporciona una mayor sujeción al limitar el movimiento de la rótula. Este tipo sí que permite estabilizar la articulación de la rodilla, al quedar la rótula fijada. El objetivo es reducir la probabilidad de sufrir una luxación (o subluxación) rotuliana.
La mejor rodillera: cuidar tus rodillas
Si los deseos se cumplieran, lo pediríamos hasta de rodillas: “deseo disfrutar de unas articulaciones sanas”. Pero ya se sabe que las palabras se las lleva el viento y que los sueños se persiguen mucho mejor con acciones concretas. Las buenas prácticas en nuestra rutina diaria son en realidad las que marcarán la diferencia en la salud de nuestras rodillas. Por eso, confiar en la fisioterapia es una de las mejores soluciones a la hora de aliviar el dolor de rodilla.
Sobre las rodillas recae el peso de todo nuestro cuerpo. En cada esfuerzo, movimiento, impulso, giro, salto: allí están ellas para nosotros. Lo mínimo que podemos hacer es tratarlas con cariño. Por eso, en Chronic Fisioterapia estamos muy comprometidos en ayudar a todos nuestros pacientes a mejorar la higiene postural, fortalecer y proteger las rodillas durante la vida cotidiana y la práctica deportiva. Así como a ofrecer el mejor tratamiento y plan de recuperación para el dolor de rodilla, con la rodillera perfecta para cada caso.